CONTENIDOS ->
¿Qué son los planetas enanos?
Se trata de una nueva categoría de cuerpos celestes, creada por la Unión Astronómica Internacional, en el año 2006, con el fin de resolver un dilema planteado a raíz del descubrimiento de muchas esferas celestes de similar tamaño o mayores que Plutón.
Estos orbes empezaron a descubrirse en el cinturón de Kuiper, una misteriosa región del espacio que se encuentra más allá de la órbita de Neptuno y que alberga miles de cuerpos helados y rocosos.
Ante los descubrimientos de orbes como Plutón, la UAI tomó la decisión de adoptar tres criterios clave para la clasificación formal de un planeta:
- Un planeta es un cuerpo celeste que orbita alrededor del Sol.
 - Tiene suficiente masa como para que su propia gravedad le otorgue una forma esférica.
 - Su órbita debe estar limpia de otros objetos. Un planeta propiamente dicho, no debe compartir su espacio con otros objetos cuyo tamaño sea comparable.
 
De esta forma, solo ocho orbes cumplen con los tres criterios en nuestro Sistema Solar, considerándose planetas propiamente dichos: Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.
En este caso, Plutón y otros cuerpos celestes del cinturón de Kuiper no cumplen con el tercer criterio establecido, debido a que su órbita no está “limpia”. Está poblada por diversos objetos con los que interactúa gravitacionalmente.
Por ello, Plutón y otros han sido reclasificados como planetas enanos, si bien cumplen con los dos primeros criterios, no cumplen con el tercero.
Esta definición también aplica para otras esferas celestes de nuestro Sistema Solar que se encuentran en otras regiones, como el cinturón de asteroides, ubicado entre las órbitas de Marte y Júpiter y que está formado por miles de millones de rocas.
¿Sabías que en esta región relativamente cercana a los planetas interiores se encuentra un planeta enano? Pues bien, en el cinturón de asteroides tenemos a Ceres, el único orbe enano de este cinturón.
Fue descubierto en 1801 y ha cambiado de categoría varias veces: ha sido planeta, asteroide y planeta enano.
¿Cuál es el origen de los planetas enanos?

Los planetas enanos se formaron en 2 regiones del espacio particulares: el cinturón de asteroides y el cinturón de Kuiper. ¿Por qué solo ahí?
En estas áreas del Sistema Solar, abundan materiales congelados y rocosos que no se incorporaron a los demás planetas, formando sus propias estructuras, como vas a ver a continuación.
Tal y como sucede con la formación de un sistema planetario entero, el nuestro comenzó su formación hace unos 4.600 millones de años, cuando la masiva nube de gas y polvo empezó a contraerse por la gravedad y comenzó a girar, convirtiéndose en un disco de acreción.
El centro de la nube se calentó lo suficiente y se convirtió en el Sol. A su vez, el resto de la materia fue aplanándose hasta convertirse en un disco protoplanetario.
La gravedad hizo su trabajo y las partículas del disco protoplanetario comenzaron a unirse, en donde las colisiones formaron cuerpos más grandes, llamados planetesimales.
Estos cuerpos crecieron lo suficiente como para limpiar sus órbitas de otros objetos, convirtiéndose en los planetas que conocemos.
Sin embargo, otros planetesimales quedaron en regiones muy frías y alejadas del Sistema Solar, en donde había menos materia disponible y más perturbaciones gravitatorias de los planetas más grandes.
Estos planetesimales se mantuvieron en un estado de formación intermedio, entre asteroides y planetas, conociéndose hoy en día como los planetas enanos.
¿Cuáles son los planetas enanos en nuestro Sistema Solar?
Actualmente, la Unión Astronómica Internacional reconoce cinco planetas enanos, ubicados tanto en el cinturón de asteroides como en el cinturón de Kuiper. A continuación, vas a ver una breve descripción de cada uno de ellos:
Ceres
Se trata del planeta enano más pequeño y cercano a nuestro astro rey. Se encuentra ubicado en el cinturón de asteroides y es el único que tiene una órbita circular y sigue la dirección de rotación de todos los planetas.
Su atmósfera es muy débil, compuesta principalmente por vapor de agua. También, se cree que este pequeño orbe contiene un océano subterráneo de agua salada que podría albergar vida microbiana.
Plutón
Es el planeta enano más grande y más conocido, debido a que, hasta el año 2006, era considerado como planeta.
Está ubicado en el cinturón de Kuiper, con una órbita muy excéntrica e inclinada que lo lleva a estar más cerca del Sol que Neptuno, en una órbita que tiene una duración de 248 años terrestres.
Es decir, pasa 20 años de su órbita cerca de nuestro astro rey. Tiene cinco lunas conocidas; Caronte, la más grande, es casi de la mitad del tamaño del orbe enano y forma un sistema binario con el mismo.
Eris
Este astro planetario enano es el más grande después de Plutón y el que se encuentra más lejos, además de ser el más masivo, teniendo una masa 27% mayor que él.
Se encuentra ubicado en el cinturón de Kuiper y es un cuerpo celeste oscuro, ya que refleja el 96% de la escasa luz solar que recibe, haciendo que también sea un planeta muy frío.
Al igual que Ceres, podría contener un vasto océano subterráneo de agua salada, reuniendo condiciones mínimas para la vida microbiana.
Makemake

Es el planeta enano más brillante y más rápido, con un período de rotación de 7,8 horas. Se encuentra ubicado en el cinturón de Kuiper, con una órbita moderadamente excéntrica y una inclinación leve.
Su superficie es helada y rojiza y podría contener un océano subterráneo de agua salada, con sus implicaciones para el origen de la vida microbiana. Tiene una luna conocida, llamada MK 2.
Haumea
Se trata del orbe enano más alargado y deformado, cuya forma concreta es elipsoidal. Se encuentra ubicado en el cinturón de Kuiper, con una órbita moderadamente excéntrica y una inclinación moderada.
Su atmósfera es tenue, probablemente compuesta por metano y nitrógeno, la cual se sublima y se congela según la distancia al Sol a la que se encuentre el cuerpo celeste. Es el único planeta enano que posee anillos, igualmente, tiene dos lunas, Hi’iaka y Namaka.
Características de los planetas enanos
| Tamaño | Los planetas enanos tienen tamaños que varían entre los 945 kilómetros y los 2.377 kilómetros, siendo más pequeños que nuestra Luna. No obstante, son más grandes y masivos que la mayoría de asteroides y cometas. | 
| Forma | Tienen una forma esférica perfecta, como Ceres, hasta elipsoides alargados como Haumea, forma de corazón como Plutón, balón de rugby como Makemake y en forma de huevo como Eris. | 
| Órbita | Los planetas enanos tienen órbitas casi circulares y casi coplanares. Además, algunos poseen órbitas muy excéntricas y muy inclinadas. Las órbitas influyen en su temperatura, atmósfera y geología, al tener una distancia al Sol muy variables. | 
| Color | El planeta enano Ceres es de color blanco, pasando por el rojo de Eris, amarillento de Plutón, marrón de Makemake y gris de Haumea. Sus colores variables se deben a la composición química y geológica de cada uno de estos orbes enanos. Los colores claros se deben a la presencia de agua, nitrógeno, metano y monóxido de carbono en forma de hielo, los cuales reflejan la luz solar. Los colores oscuros reflejan la presencia de compuestos orgánicos, como el etano, acetileno y el cianuro, formados por la reacción entre el nitrógeno, metano, radiación solar y radiación cósmica. | 
| Composición | La composición de los cuerpos celestes enanos es similar a las de múltiples objetos del cinturón de Kuiper, sugiriendo a los astrónomos que se formaron en esta vasta región de nuestro vecindario exterior. Además, están compuestos en un 70% de roca y un 30% de hielo. | 
¿Cuál es la estructura de los planetas enanos?

Estos orbes tienen estructuras internas bien diferenciadas, formándose con distintas capas de densidad y composición.
Según datos obtenidos por la NASA, su estructura principal y común, se compone aproximadamente de un núcleo formado por roca y metal, cuyo diámetro varía entre los 700 kilómetros y los 1.700 kilómetros.
Es el responsable de generar el campo electromagnético de algunos cuerpos celestes enanos, como Ceres y Plutón. También se debe al movimiento de fluidos que conducen energía eléctrica en su interior.
El manto es la capa intermedia de estos orbes, los cuales están formados por hielo de agua. Su grosor va desde los 100 kilómetros hasta los 300 kilómetros.
En la mayoría de estos planetas existe la probabilidad de que alberguen un océano líquido bajo su superficie, debido al calor generado por la desintegración de elementos radiactivos y por las fuerzas de marea.
La corteza es la capa más externa y ligera de estos astros planetarios, formada por nitrógeno, monóxido de carbono y otros gases volátiles en forma de hielo.
Tiene un espesor que varía entre los 10 kilómetros hasta los 30 kilómetros, la corteza se encarga de formar los paisajes visibles de estos planetas.
En donde se producen procesos de erosión, convección y sublimación del hielo. Igualmente, estos procesos crean montañas, valles glaciares y volcanes, todos ellos de hielo.
Tu pasaporte hacia el cosmos
En este viaje nos adentramos hacia lo más lejano del Sistema Solar, en donde la luz llega tenuemente, descubriendo la existencia de otros planetas que orbitan en un entorno hostil, como los cinturones de asteroides y de Kuiper. A pesar de formarse en la misma región, son orbes diversos, complejos y fascinantes. Si quieres seguir viajando por el cosmos, no te olvides leer los artículos de nuestro blog, ¡te esperamos!
					